El mes de agosto estuvo, una vez más, marcado por la gran ola de incendios que año tras año suele repetirse.
Portugal tiene, hasta el momento, más de 105 mil hectáreas de área quemada en más de 9700 incidentes registrados.
Según datos proporcionados por ICNF (Instituto da Conservação da Natureza e das Florestas), del área total quemada hasta el momento, el 52% son masas forestales, el 39% matorrales y el 9% áreas de producción agrícola.
A pesar de la disminución de los incendios rurales, el área quemada supera ampliamente la meta propuesta por el Plan de Acción Nacional (60 mil hectáreas).
Junto a estos eventos, no solo Portugal, sino también el mundo está experimentando una sequía global, lo que exacerba aún más el precario estado de las economías que navegan la inestabilidad de una era post-covid con una guerra que parece no tener fin.
Adoptar un estilo de vida más sostenible ha dejado de ser una mera decisión responsable para ser una necesidad urgente para nuestro futuro.