Si tomamos treinta segundos para reflexionar sobre lo que representa la música en nuestro día a día y en nuestra salud mental, rápidamente llegamos a la conclusión de que es uno de sus pilares. Desde la música comercial que suena en la radio por la mañana, pasando por la música tranquila y serena que suena de fondo en un momento de concentración, hasta la música animada y enérgica en el camino hacia un momento de relajación al final de la tarde, todas ellas, de alguna manera, alteran nuestro día.
Entendida por Platón como "el gran remedio del alma", la música es capaz de estimular la creatividad, reducir la ansiedad y el estrés, mejorar la memoria, aumentar la concentración y la motivación misma.
Aunque la misma música no tenga el mismo efecto en todas las personas, se considera que para cada individuo existen ciertas melodías que despiertan el sentido del humor, la alegría o la tristeza de una manera singular y única. Crea relaciones sociales y conecta generaciones, retrata y caracteriza momentos para los cuales, a veces, no es posible encontrar las palabras adecuadas. Mejora el día de cada uno de nosotros de la manera más simple y espontánea.
En general, la música es un universo.