El 1 de enero de 2023 marcó el inicio del proceso de transición de la antigua moneda croata, la kuna, al euro, por lo que a finales de 2023 todos los bienes y servicios tendrán que estar marcados en euros y kuna.
Al mismo tiempo, los ciudadanos croatas pasaron a poder viajar sin restricciones ni controles por el espacio Schengen.
Fue un hito histórico para Croacia, que se convirtió en el primer país en incorporarse a la eurozona y al espacio Schengen el mismo día, presagiando grandes cambios para la región.