El mes de enero de 2022 estuvo, sin duda, marcado por las Elecciones Legislativas. Luego de haber visto fracasada en el parlamento su propuesta de presupuesto para 2022, el Gobierno fue disuelto por el Presidente de la República, quien fijó elecciones para el 30 de enero de 2022.
De esta manera, el país volvió a sumergirse en una marea política, poco después de las Elecciones Municipales de septiembre de 2021.
Independientemente del resultado, hay un factor a tener en cuenta: el Índice de Abstención.
Según PORDATA, desde la Revolución del 25 de abril de 1974 (8,47%), la tendencia de la Tasa de Abstención ha ido en aumento, alcanzando niveles nunca antes vistos en las elecciones legislativas de 2019, en las que el valor alcanzó el 51,43%, es decir, más de la mitad de la población con derecho a voto, no lo ejerció.
Las elecciones de 2022 fueron una grata sorpresa en lo que respeta a la Tasa de Abstención. Por primera vez desde 2005 se registra un descenso, con un abstencionismo del 42,03% (actualizado), muy por debajo de las expectativas y que rompe una tendencia preocupante para la Democracia.
En un momento en el que los partidos extremos aparecen en todo el mundo, es ahora, más que nunca, muy importante enfrentar el derecho al voto como un deber, o esperar una sociedad donde la libertad de cada uno de nosotros inevitablemente se verá vulnerada.